La agroecología como transformación cultural
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Tierra gorda: Bokashi

Tierra gorda: Bokashi

Alimento rápido, sano y eficiente para la tierra. Su tiempo de preparación es más veloz que otros abonos o compost. El proceso de elaboración es aeróbico, con presencia de oxígeno y la humedad es controlada,  no se genera putrefacción ni malos olores.

Cuando escuchamos la palabra agroecología en general nos remite a una producción agrícola sin uso de agroquímicos. Pero la agroecología es mucho más que eso. Se liga a la vida que tiene la tierra, sus nutrientes y ciclos biológicos.

La lógica es que si la tierra está sana, nutrida, y como dice la jerga campera “gorda”, las plantas serán fuertes tendrán mejores defensas ante las plagas e inclemencias climáticas y a su vez mayores rendimientos. Por ello, apuntamos a observar la calidad de la tierra, recomendando el análisis de la misma para desde allí identificar qué necesita y cómo “alimentarla”.

Desde Agrotopía ofrecemos los talleres de producción de Bokashi. Que complementa con nuestros servicios de asesoramiento y acompañamiento en su proceso de elaboración. También brindamos capacitación en otros preparados como el supermagro o purín de ortiga.

En mayo de este año, en plena pandemia, dimos un taller de Bokashi en un proyecto productivo el cual venimos asesorando en San Andrés de Giles. Pero antes de continuar, vamos a hacer un pequeño repaso por la historia de este superalimento para la tierra.

Origen

En sus inicios, los japoneses preparaban este abono empleando sus propios excrementos con la finalidad de aplicarlos a sus arrozales. La técnica se basa fundamentalmente en la activación de las levaduras agregadas y los microorganismos que se encuentran en los materiales empleados en la preparación del abono. La aplicación de este abono aumenta la biodiversidad microbiológica de los suelos.

“La palabra ボカシ bokashi es del idioma japonés y para el caso de la elaboración de los abonos orgánicos fermentados, significa cocer al vapor los materiales del abono, aprovechando el calor que se genera con la fermentación aeróbica de los mismos” (Cita, del ABC de la agricultura orgánica). Es producto de un proceso de fermentación (proceso aeróbico) que acelera la degradación de la materia orgánica (animal y vegetal) y también eleva la temperatura, permitiendo la eliminación de patógenos (pasteurización). Este proceso es más acelerado que el compostaje y permite obtener un abono entre 12 y 21 días.  

Se pueden encontrar varias recetas de este abono orgánico fermentado, en general todas llevan tierra, agua, compost, y subproductos de la industria alimentaria como la melaza y la bosta.

¿Qué aporta?

El abono orgánico fermentado “bokashi” tiene muchos beneficios para el suelo y lo que crezca sobre él. Ayuda a mejorarlos  desde el punto de vista físico, químico y biológico. 

  • Físico: mejora la estructura del suelo, su porosidad, la retención de la humedad.
  • Químico: aporta macro y micronutrientes necesarios para el desarrollo de los diferentes estadios vegetales.
  • Biológico: aporta bacterias, hongos, levaduras, actinomicetes y demás microorganismos. 

¿Cómo aplicarlo? 

Puede utilizarse tanto en la preparación de almácigos junto a la mezcla de otros sustratos, también en la preparación del suelo donde se colocarán las plantas (por ejemplo en el surco). A su vez, puede aplicarse al momento de trasplante o posteriormente abonando las plantas en los diferentes estadios de su ciclo. 

Su uso abarca principalmente a los cultivos hortícolas, frutales y forestales.

La temperatura variará a lo largo de la elaboración. En los primeros días podrá alcanzar los 60°C, es un buen indicio de la actividad microbiológica en el proceso fermentativo.

El bokashi puede almacenarse embolsado en lugares techados, protegidos del sol y la lluvia.

Si se buscan cultivos sanos, los invitamos a generar su propio bokashi. Alimentemos la tierra, que tantos alimentos nos dá.